José Vicente M.L., un joven surfista valenciano de vacaciones por la costa asturiana, comprobó el pasado Domingo lo que supone olvidarse las quillas en el coche. Tras dejar su automóvil estacionado a varios kilómetros de la playa y recorrer esta distancia en compañía de unos amigos, José Vicente comprobó con sorpresa que se había dejado las quillas en el automóvil. Tras unos momentos de desconcierto y titubeo, José Vicente cayó en la cuenta de que aún podía disfrutar del surf con su tabla pero sin quillas. "Fue algo totalmente súbito, estaba pensando en recorrer la distancia de vuelta al coche, pero viendo la mierda de olas que había en la playa, caí en la cuenta de que repente, tenía una Alaia!". Ni corto ni perezoso, José Vicente agarró su tabla sin quillas y decidido, se fue al agua en mitad de un nutrido grupo de cursillistas alemanes. "Esto sí que es la verdadera adrenalina!".
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